Estoy seguro de que conocen todos esos artículos, videos y podcast en los cuales les cuentan el secreto para el éxito en tu emprendimiento o los pasos para iniciar una empresa emergente o los secretos de las startups más exitosas.
Y al igual que ustedes, yo he leído, visto y escuchado todo ese material en el cual la constante siempre fue, ¡no esperes más!, ¡Inicia ya!, ¡El mercado te dará las respuestas!, ¡Pivota!, etc.
Pero hoy no les platicaré de como iniciar, o mejorar su modelo de negocio, o nada de eso, si no más bien les voy a contar las razones por las que no deben emprender.
Ser tu propio jefe
Aun cuando suena increíble y es el sueño de muchos ser su propio jefe, no es una razón para emprender.
Como hemos visto en artículos anteriores, es muy común que las startups requieran de inversión para crecer, es decir, se suman socios inversionistas que se vuelven al igual que tú dueños y jefes de una parte de tu empresa.
Horarios flexibles
A todos nos gusta pensar en la flexibilidad de horarios que deben tener esos directores de empresas exitosas que se la pasan jugando golf o tenis y que no tienen a nadie a quien repórtales sus 8 horas de trabajo y su hora de comida.
Pues ¡es verdad!, los emprendedores no tienen horario, esto significa que deben estar 24 horas al día disponibles, si surge una falla, si aparece una oportunidad de negocio o si tiene que ver a un cliente, esto es flexibilidad pero de tu vida para empujar tu negocio.
Un mejor sueldo
No conozco una persona a la que no le gustaría ganar más, pero si tu motivo para emprender es un mejor sueldo, debes recordar que, lo más normal cuando inicies es ir perdiendo dinero durante un tiempo y esto puede ser 1 o hasta 2 años si no muere tu startup antes.
Seguridad laboral
Si tu startup sobrevive los primeros 2 años es un logro increíble, pero esto no te garantiza que seguirás existiendo 2 años más.
Te esfuerzas por algo propio
Como ya lo mencione anteriormente, para crecer debes invitar a más gente a participar en tu startup y esto los hace dueños al igual que tú, pero a diferencia de ti ellos buscan recuperar su inversión en el menor tiempo y vender la empresa siempre es una buena opción.
Podría seguir con más de estos ejemplos por muchas líneas, pero en realidad a donde quiero llegar es a transmitirte que emprender es un trabajo de tiempo completo, es difícil, es cansado y está lleno de altibajos.
Por lo general se peleará tu tiempo libre, tu tiempo con la familia o tu tiempo de socializar con tu ocupada vida de trabajo.
Todos esos motivos que llevaron a iniciar tu propio negocio ¡son mentiras!, y aun cuando son buenas mentiras, son solo la causa para hacer algo, es decir, son un motivo y no una motivación.
Motivo y Motivación
Cuando hablamos de estas 2 palabras que suenan tan iguales, pero que funcionan tan diferente nos damos cuenta por qué ese emprendimiento que estamos iniciando tiende hacia al fracaso.
Si nos vamos a la definición de motivo encontramos:
Causa que determina la existencia de una cosa o la manera de actuar de una persona.
Es decir, el motivo es un ¿Por qué?, pero ahora nos falta un ¿Para qué?, y aquí aparece la motivación:
Cosa que anima a una persona a actuar o realizar algo
Pero si consigues una motivación más que un motivo para emprender, tendrás una parte del camino avanzado y una causa que te ayude a superar esos momentos duros donde renunciar pareciera ser la única opción.